Principio 2: Viajar y acampar en superficies duraderas

Todos los viajeros deben comprender el concepto de durabilidad.

Roca, arena y grava: Estas superficies son muy duraderas y pueden tolerar el pisoteo y las rozaduras repetidas. (Sin embargo, los líquenes que crecen en las rocas son vulnerables a las rozaduras repetidas).

Hielo y nieve: El efecto del desplazamiento por estas superficies es temporal, lo que las convierte en buenas opciones para viajar, suponiendo que se sigan unas precauciones de seguridad razonables y que la capa de nieve tenga una profundidad suficiente (15 cm o más) para evitar daños a la vegetación.

Vegetación: La resistencia de la vegetación al pisoteo varía. Hay que tomar decisiones cuidadosas al atravesar la vegetación. Seleccione zonas de vegetación duradera o escasa que se puedan evitar fácilmente. Los pastos secos suelen ser resistentes al pisoteo. Los prados húmedos y otra vegetación frágil muestran rápidamente los efectos del pisoteo. El pisoteo lleva a otros viajeros a tomar la misma ruta causando aún más impacto con el tiempo. En general, los viajeros que deban aventurarse fuera del sendero deben dispersarse para evitar crear caminos que inciten a otros a seguirlos. Evite la vegetación siempre que sea posible, sobre todo en pendientes pronunciadas, donde los efectos del desplazamiento fuera del sendero se magnifican.

Suelo vivo: A veces denominado costra criptobiótica o cripto, el suelo vivo suele encontrarse en entornos desérticos y es muy vulnerable al tránsito peatonal. El suelo vivo está formado por diminutas comunidades de organismos que forman costras negruzcas y de relieve irregular en el suelo del desierto. Esta costra retiene la humedad en climas secos y proporciona una capa protectora que evita la erosión. Una sola pisada puede destruir este frágil suelo. Es esencial utilizar senderos acondicionados en estas zonas. Sólo se debe transitar por suelo vivo cuando sea necesario. Camine sobre rocas u otras superficies duraderas si debe desplazarse fuera del sendero. En zonas amplias de suelo vivo en las que es inevitable causar daños, lo mejor es seguir los pasos de los demás para que se vea afectada la menor superficie de corteza posible, precisamente la pauta contraria para viajar por la vegetación. El suelo vivo también es muy vulnerable a los desplazamientos de bicicletas de montaña y ganado.

Charcos y agujeros de barro en el desierto: El agua es un recurso muy escaso para todos los seres vivos del desierto. No camines por charcos del desierto, agujeros de barro o perturbes el agua superficial de ninguna manera. Los charcos también son el hogar de pequeños animales del desierto.

Evite acampar cerca del agua y de senderos, y elija un lugar que no sea fácilmente visible para los demás. Incluso en las zonas más frecuentadas, la sensación de soledad puede mejorarse vigilando los campings y eligiendo un lugar apartado. Se recomienda acampar a 200 pies (de 70 a 80 pasos para adultos) de la orilla del agua, ya que permite rutas de acceso para la fauna salvaje. Asegúrese de cumplir la normativa local relativa a la elección del lugar de acampada. Deje tiempo y energía suficientes al final del día para seleccionar un sitio apropiado. El cansancio, el mal tiempo y el retraso en la hora de salida son excusas inaceptables para elegir campamentos deficientes o frágiles. Por lo general, es mejor acampar en sitios que están tan afectados que un uso más cuidadoso no causará un impacto notable. Estos sitios destacan en las zonas populares porque ya han perdido su cubierta vegetal. Además, a menudo es posible encontrar un sitio que carezca de vegetación de forma natural, como lechos de roca expuestos o zonas arenosas.

En los lugares de alto impacto, las tiendas, las vías de circulación y las zonas de cocina deben concentrarse en las zonas ya impactadas. El objetivo es limitar el impacto a los lugares que ya muestran uso y evitar ampliar la zona de perturbación. Al abandonar el campamento, asegúrese de que esté limpio y resulte atractivo para los demás campistas que le sigan.

Las zonas inalteradas suelen ser remotas, reciben pocos visitantes y no muestran impactos aparentes. Visite estos lugares únicos sólo si está comprometido y es muy hábil en las técnicas de No Deje Huellas. En los lugares inalterados, lo mejor es desplegar las tiendas, evitar las rutas de tráfico repetitivo y mover el campamento cada noche. El objetivo es minimizar el número de veces que se pisa cualquier parte del lugar. Al montar el campamento, dispersa las tiendas y la cocina en lugares duraderos. Utilice calzado blando alrededor del campamento. Reduzca al mínimo la actividad alrededor de la cocina y los lugares donde se guardan las mochilas. Las superficies duraderas de las losas de roca gigantes son buenos lugares para la cocina. Vigila por dónde caminas para evitar aplastar la vegetación y toma caminos alternativos para llegar al agua. Lleva recipientes de agua para minimizar el número de desplazamientos. Comprueba siempre la normativa, pero acampar a 200 pies (70 a 80 pasos para adultos) del agua es una buena regla general.

Cuando levante el campamento, dedique tiempo a naturalizar el lugar. Cubrir las zonas raspadas con materiales naturales (como agujas de pino), cepillar las huellas y rastrillar las zonas de hierba enmarañada con un palo ayudará a que el lugar se recupere y sea menos obvio como campamento. Este esfuerzo adicional ayudará a ocultar cualquier indicio de dónde acampaste y hará menos probable que otros viajeros acampen en el mismo lugar. Cuanto menos se utilice un lugar de acampada, mayor será la probabilidad de que permanezca intacto.

Los campamentos más apropiados en tierras áridas se encuentran en superficies duraderas, como rocas y grava, o en lugares tan afectados que su uso posterior no causará alteraciones adicionales. Los sitios previamente impactados son prominentes porque ya han perdido su cubierta vegetal o los suelos rocosos han sido visiblemente perturbados. Si elige este tipo de lugar, asegúrese de que es lo suficientemente grande como para acomodar a todo el grupo.

En las zonas áridas, es adecuado acampar sin alteraciones ni indicios de uso anterior, siempre que sea en una superficie no cubierta de vegetación y muy resistente. La roca, la grava o la arena son excelentes opciones. Nunca debería ser necesario acampar en suelo vivo, islas de vegetación o dentro de las preciosas cintas verdes de los arroyos o riachuelos del desierto. Tenga cuidado al acampar en fondos arenosos de ríos y zonas susceptibles de sufrir crecidas repentinas.

Las zonas para cocinar, las tiendas y las mochilas deben situarse sobre roca, arena o grava. Elige rutas duraderas entre las distintas partes del campamento para que no se formen senderos de conexión. Varía tus rutas, ya que el objetivo es minimizar la cantidad de pisoteo y compactación en cualquier parte específica del campamento. Limita tu estancia a no más de dos noches.

Nunca raspe ni limpie los lugares de hojarasca orgánica, como las hojas, y reduzca siempre al mínimo la retirada de rocas y grava. La hojarasca orgánica ayudará a amortiguar las fuerzas del pisoteo, limitará la compactación de los suelos, liberará nutrientes para las plantas y reducirá las fuerzas erosivas de la lluvia. Perturbar las rocas recubiertas de líquenes y barnizadas, conocidas como pavimento del desierto, puede dejar un impacto visible durante cientos de años. Una vez volcadas, estas rocas son difíciles de reemplazar, y los líquenes y el barniz no volverán a crecer durante nuestra vida.